lunes, 6 de febrero de 2017

“Las grandes almas tienen voluntades, las débiles tan solo deseos…” Por: Eduardo Rodríguez Diez.


Estimados amigos y aficionados a la más bella de todas las fiestas; con este proverbio Chino, quiero hacerles llegar mi opinión sobre las dos tardes celebradas en la mini-feria de Aniversario de nuestra querida Plaza de Toros México.
El sábado se dio la emotiva despedida del maestro Eulalio López “Zotoluco”, a quien conocí desde niño; son tan solo unos años los que nos aventaja Lalo; al que tuvimos la oportunidad de verlo crecer y nacer como torero; lo veíamos seguido allá por el rumbo de Lomas Verdes en el Cortijo de La Movida de ese inolvidable Patatero, entrenando de sol a sol, con la ilusión siempre presente y con el ánimo a flor de piel; un chavalillo por el que no daban un peso; y al que ojala le hubiesen apoyado en sus inicios, ese montón de porras y de peñas que si se hicieron y estuvieron presentes en el ruedo de la México el pasado sábado, otorgándole reconocimientos a diestra y siniestra, pero que nunca estuvieron allí -salvo algunas excepciones, muy contadas por cierto- para apoyar a Lalo cuando más lo necesitaba; como por ejemplo en esas tardes duras en Xalostoc o Ecatepec en donde salía el diablo y se zumbaba los toros que las figuras no querían ver ni en pintura; en plazas portátiles en las que en algunas ocasiones; ni ambulancia tenían para reaccionar a algún percance; no; no estuvieron nunca allí; que les digo, el oportunismo, afán de protagonismo y la coba en esta fiesta es muy frecuente; de esto ya corrieron río y parece que fue ayer, cuando ese chavalillo Chintololo que siempre fue impulsado por sus padres, paisanos de mi abuelo, tomaba la alternativa; y que ahora, después de más de veinte años, que cargaba con la responsabilidad de jalar el carro y dar la cara por fiesta mexicana; logró hazañas como aquella de los Miuras; que ni siquiera toreros españoles hoy llamados figuras han ni siquiera pensado tratar de igualar.
Una digna, emotiva y merecida despedida de los ruedos de un torero que durante toda su carrera demostró pundonor y entrega y que vio como ese esfuerzo de vida te da recompensa; “las grandes almas tienen voluntades, las débiles tan solo deseos…”; ahora a disfrutar de lo logrado torero en compañía de la familia.
Alternaba con un consentido de esta plaza un caballero, un hombre con una categoría torera y una calidad humana extraordinaria, Enrique Ponce quien a la larga fue el triunfador del festejo con sendas faenas que pusieron al publico de la gran plaza al borde de la locura; quien por respeto a la trayectoria de su colega de profesión y de un amigo entrañable; obligó a llevar en volandas también a Lalo en un gesto que habla de la categoría del valenciano.
Y ayer, en la corrida para celebrar el centenario de nuestra carta magna, el día más importante en la celebración de la septuagenaria; un cartel con mayoría extranjera por qué no…
Al iniciar el paseíllo, en algo inusual, se interpreto el Himno Nacional Mexicano el cual puso chinita la piel y llenó de emoción a los aficionados asistentes.
Se lidió una muy, pero muy justa corrida de toros –mejor dicho una novillada muy bien presentada- de Teófilo Gómez para las figuras del toreo Morante de la Puebla, Julián López “El Juli” y Luis David Adame que confirmaba su alternativa.
Dicen que la tercera es la vencida y aunque Luis David venia tocado por un percance sufrido hace algunos días, estuvo muy bien con el que abrió plaza, al que le ejecutó un quite por Zapopinas que puso al público de pie; tras el brindis con fraternal cariño a su hermano, estuvo muy bien con la pañosa con series que le fueron jaleadas por ambos lados; bien de verdad estuvo al hidrocálido al que en mi percepción muy personal no estaba al cien por ciento recuperado. En su segundo un toro soso, sin transmisión y mansurrón poco le pudo hacer, lo mato de un bajonazo espantoso y regaló un toro de Fernando de la Mora del que no comentaremos mas.
El segundo de la tarde, para Morante de la Puebla un débil astado de Teófilo, poco le pudo hacer el torero español, solo hacer ver más débil y manso al toro; pinchazo y estocada para que se entregara al puntillero pitos al toro en el arrastre.
En su segundo solo estuvo bien a secas el torero de la Puebla del Rio, aunque sus paleros nos lo quieran vender como si fuese el Dios del toreo, solo estuvo bien y nada más, por allí se escucho en el tendido; “Morante no está gordo, son los kilos de arte que trae encima…” a lo que le respondieron con el mismo ingenio; “sería el modelo ideal para Botero…”. En fin que se dio a torear por derechazos con temple y mando; con la zurda, uno que otro natural de pintura sin la majestuosidad de su anterior presentación; a un débil, soso y rajado toro de Teófilo; esto fue suficiente para que los Morantistas se tiraran por la borda, se rasgaran vestiduras; no sin antes escuchar un tercer grito por ahí: “ Morante, Morante ya apúrate que queremos ver a “El Juli”; tras estocada caída, el juez otorgara una oreja; pero era Morante y en lugar de aguantar, mostró el segundo pañuelo, abaratando a plaza de pueblo a la gran señora de los Insurgentes; segunda oreja que fue protestada, pero que al diestro de la Puebla del Rio le venía guanga dicha protesta; con esto aseguraba la salida a hombros y le aseguraba a sus seguidores que pase lo que pase, los toros que volverá a torear en futuras actuaciones en suelo azteca seguramente serán de la misma procedencia, aunque estos no parezcan toros.
Y Julián; estuvo enorme el torero madrileño, a su primero le busco las cosquillas y tras un quite por Chicuelinas, lo metió a la muleta a base de temple de aguante, de estar a la distancia y de no quitarle la muleta de la cara al morito que débil y noblote terminaba con la cara arriba. Toda la faena la hizo Julián en un palmo de terreno, llevando al toro, enseñándole el camino, extasiada la plaza esperaba se redondeara esta faena que tristemente El Juli malogró con la espada para salir al tercio a recibir los aplausos cariñosos de la gente.
Con su segundo, quinto del festejo, vino un faenón de órdago que algunos todavía siguen platicando; con el capote, le replicó a Luis David con “Lopecinas”; si las mismas “Zapopinas” que en España llaman “Lopecinas” que fueron de cartel; el toro tenía movilidad –que no bravura- y el Juli la aprovecho a carta cabal para hacerlo embestir; que sitio y que poder tiene este torero en su muleta; a un toro rajado y manso hacerle lo que le hizo no tiene nombre; “este no es un torero; este es un extraterrestre” se escuchó decir por ahí. Ante un toro que no valía nada Julián sacó agua de las piedras, el público como impulsado por un resorte saltaba de sus asientos, haciendo estremecer la plaza que registro sin llegar al lleno la mejor entrada de la temporada; los gritos ensordecedores de ¡Torero! ¡Torero! ¡Torero! se escuchaban hasta la avenida de los Insurgentes; tras un pinchazo dejo una entera que hizo rodar a la res y el júbilo de la gente le otorgó las dos orejas. Si hubiese matado en su primer viaje, cree un servidor que al haber abaratado
tanto la faena de Morante le hubiese tenido que dar el rabo a Julián, cosa que hubiese sido inmerecida; así como inmerecida resultó la vuelta al ruedo que exageradamente el juez le otorgó a un astado rajado y manso de Teófilo.
Así se vivieron con pasión, estas dos tardes en donde lo aficionados pudimos disfrutar de cinco toreros de distinto corte, la primera en la que pudimos despedir a un gran torero y mejor ser humano Lalo López “Zotoluco” y ser testigos de la grandeza de una figura del toreo como lo es Enrique Ponce; y otra en donde se pudo disfrutar de un Monstruo del toreo como les Julián López “El Juli”; del aquilatado arte de Morante y de un torero con un futuro inmediato promisorio como Luis David Adame.


Un abrazo y suerte para todos.

Porra México A.C.
Eduardo Rodríguez Diez
Presidente
“El toreo es el único arte fugaz que impacta de un solo golpe todos tus sentidos y el único capaz también de llegarte con una sola imagen a lo más profundo de tu corazón”

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