miércoles, 7 de septiembre de 2016

PARECE QUE POR FIN, LA ABUELA, TIENE LUZ EN CASA. Artículo de opinión de Fernando Lahoz

Abuela, ¿cuántas veces se te ha quebrado el alma?
Dime abuela, dime si acaso no diste tu alma.
Anónimo.


                                         


Hace algunos años escribía sobre lo pisoteada, aplastada, pateada y lo sobajada, que estaba la abuela de Insurgentes...
Y lo dije con todas sus letras..
Los nietos, Alemán y Herrerías, que eran los encargados de sus cuidados, gerontológicos, no hicieron nada más que acabar con su herencia y regalar su riqueza a hispanos, galos, "ganaduros", antros, covachas, fangales y amiguitos...

Y mientras la tata agonizaba, los retoños, cegados de poder, obstruídos de ideas, en una nube de pedo(y lo digo literal), permitían, que sus camaradas, brincaran y patearan el recinto de la yaya...

Años y años, la pobre vieja aguantó todo y más...

Una suerte que sus cimientos sean de concreto y que la osteoporosis no puede llegar por ahí, que si no, el derrumbe hubiera sido monumental, cómo su tamaño y cómo su historia...

Lo bueno, que los nietos malditos o los malditos nietos(cómo ustedes quieran ponerlo), se han ido...

Desaparecieron...

Se fueron por ahí del rumbo de la chingada y un poco más allá...(Ojalá)

Y la ancianita, parece que vuelve a sonreír...

Llegaron nuevos nietos a cuidarla, con la promesa de reparar el daño causado, por los indeseables...

Ya le prometieron que la van a maquillar para que luzca cómo lo que es, la emperatriz de América...

Pero la abuela no necesita nada más eso...

Ella necesita tener en sus corrales, astados con trapío(de acorde a los festejos claro), porque eso le nutre, la engrandece y le da la categoría que tiene...

Y también es menester de los invitados a su casa, los que llegan vestidos de luces, que le den su categoría, el respeto que merece y que olviden, que eran "amiguitos", de los anteriores cuidadores de la señorona...

Hoy, la GRANDE ya no pide, exige respeto...

Y por lo visto, los nuevos nietos, bueno por lo menos ellos, ya entendieron que a la viejita hay que admirarla y honrarla...

La novillada del domingo representa la luz que necesitaba esa abuela y de tantos aficionados que añoramos que la Monumental, vuelva a ser eso y no sólo por su tamaño...

Javier y Mario, los nuevos enfermeros de la abuela, tienen en sus manos cambiar la historia y darle eterna vida...

Puede renacer, volver a vivir, volver a ser grande...

Pero necesita tres cosas: SERIEDAD, RESPETO Y PACIENCIA...

Porque cualquiera, postrado en una cama, en el olvido y encima mancillado, necesita tiempo para levantar el vuelo...

Confío en los nuevos nietos..

Ya encendieron la luz con la novillada de Los García...

La abuela, lo necesita, la fiesta necesita a la abuela y todos los taurinos amamos a la abuela....

Fernando Lahoz









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