martes, 27 de enero de 2015

Sitio, entrega y…lo mismo. Por Eduardo Rodríguez Diez.




Queridos amigos, se dio la decimo cuarta corrida de la temporada en la plaza de toros México; y de nueva cuenta, la apuesta o exigencia del figurín español con el ganado, esta vez de Don Fernando de la Mora, le dio al traste a una tarde más en el gran coso de los Insurgentes.

¿Hasta cuándo entenderán los importados que las ganaderías comerciales no son sinónimos de éxito?

Ahora el que pagó el pato de su exigencia ganadera fue José Antonio Morante de la Puebla que de nuevo –señores de  www.mundotoro.com  con 20 millones de mexicanos en el D.F.- NO LLENO LA PLAZA MEXICO y lo que es peor, de nuevo el mesías del toreo sevillano no convocó ni media plaza con su nombre colgado en el cartel.

Muy bien estuvo Lalo López “Zotoluco” que abrió plaza y al que le tocó en suerte, un anovillado y gordo astado que se dejó meter mano. Sin ser un dechado de clase ni mucho menos de bravura, el astado de de la Mora se movía y enfrente tenía a un maestro del toreo que lo fue metiendo a la muleta y le enseñó el camino para extraerle una faena con extraordinarios muletazos por el lado derecho, largos y templados que calaron fuerte en el público; Lalo intentó con la izquierda, al toro le costaba más el emplearse por ese lado, Zotoluco firme y con la muleta planchada, con ese toque casi imperceptible, logró que el morito metiera la cabeza y extrajo una tanda muy buena por ese lado. La faena tuvo estructura, cabeza y Lalo tiene un sitio envidiable, cobró una estocada entera de excelente ejecución que hizo que el toro doblara. Una faena aseada, pulcra, ¡Vaya! Lalo le hizo lo que le tenía que hacer al morito. Pero ya sabemos lo barato que están los trofeos en esta plaza y Chuchito Morales con un poquitín de presión, le dio diarrea y soltó la oreja que lógicamente, después fue protestada por el público asistente; con la vuelta al ruedo hubiese bastado; pero tienen esa necesidad, consigna o necedad de que si no hay orejas, la temporada es un fracaso y no se dan cuenta que el fracaso viene por el simple hecho de no ofrecer eso de donde la fiesta toma su nombre es decir BRAVURA.
Con su segundo, Lalo dio una cátedra de cómo lidiar a un toro inválido y que no tenía un pase dentro; soso, malo, con la cabeza a meda altura, calamocheando y rebrincando en la embestida cuando podía moverse; así salió el mejor presentadito de este encierro, un cárdeno con algo de pitones y por cuya pinta se tapaba un poco más que sus hermanos. Una faena que pasó completamente desapercibida por esos grandes eruditos y conocedores del tendido que van a la cantina más grande del D.F. a ver florituras y el toreo “bonito” de los figurines importados y que no tienen el mínimo conocimiento para reconocer y aplaudir el buen toreo. ¡Cómo metió Lalo a esa mugre inválida e inservible a la muleta y que muletazos le dio! ¿Y la gente apá? Tragando pepitas –por no decir camote- y para no ahogarse, tomando chela… En fin, les pasó de noche. Bien estuvo Zotoluco con la espada para ser aplaudido al retirarse a la barrera.

Con Diego Silveti no sabemos si decir que tiene suerte o no en los sorteos; su primero, un toro recibido con ciertas protestas por lo chico, ¡Era una cosa!... Qué bueno, parecía más un corderito que un toro bravo; metía la cabeza con una calidad y una docilidad que en vez de causar emoción, daba pena. En eso se ha reducido la cabaña “brava” mexicana y las ganaderías “comerciales” y seguro Morante era el toro que estaba esperando y por esto exigió esta casa ganadera para que le tocara en suerte un bovino como el de Silveti, para que entonces sí pudieran salir todos los duendes, las hadas y hasta las putas musas para poder hacer su toreo de arte; pero nones, que le toca al menor de la dinastía, quien con derechazos, largos, templados, muletazos con la izquierda, con temple y sentimiento se regodeaba con el astado que no transmití esa sensación ni la emoción que causa el tener enfrente un verdadero toro bravo; pases de todas las marcas y con sabor, pero sin ningún tipo de sensación de que el torero se estaba jugando la vida; así el toreo se ve fácil y hace que cualquiera en el tendido crea que se puede ser torero. Se perfiló a matar Diego y de nuevo esa maldición que persigue a los Silveti con la espada para que todo quedara en una ovación con saludos. Con su segundo, un toro sin clase, quedándose corto, sin ninguna oportunidad, Diego estuvo entregado, valiente y pasándoselo cerca; con voluntad sin poder tener de donde cortar tela, Silveti estuvo insistente inventándose una faena que tuvo su reconocimiento en el tendido; se tiró a matar dejando de nuevo un pinchazo y una entera en el segundo viaje; de nuevo la vuelta al ruedo era más que suficiente sin embargo Morales aflojó de nuevo y soltó la oreja que paseó Silveti cuando la gente ya se retiraba del coso.

Y también partió plaza Morante de la Puebla, un torero al que le llaman de arte y al que prácticamente hay que ser de su cuadrilla o parte del Morantur para poderle ver una faena completa. Sinceramente deberían de anunciarlo como José Antonio “Detalles de la Puebla” porque es solo eso lo que deja en sus actuaciones; detalles, simples y muy aislados que no son suficientes ni valen la pena por lo que se paga por verlo. Una Verónica; una media; una que otra Chicuelina y uno que otro natural es lo destacable de este torero que repitió de nuevo en este coso sin ningún merecimiento y el que repetimos no llevó ni media plaza; pero eso sí; llevó a un par de coberos que daban miedo; esos dos gritones que trae en su equipo el buen Morante, tanto el torero retirado, Barrera como el propio hermano del diestro y mozo de espadas, vaya estentóreos ¡Olés! que le pegan al de la Puebla desde el callejón con cada detallito que ofrece; creo que ni ellos mismos se lo creen pero bueno, si no lo hacen se les acaba de donde jamar…

Y ya no quiero ni imaginarme los que pegaron los propios cronistas que transmiten las corridas y que deben de estar que se los lleva el diablo y un berrinche de los mil demonios porque en esta ocasión Chuchito Morales se fajó bien lo que va debajo de los calzoncillos y no le otorgó la oreja al español después de descabellar en dos ocasiones a su “toro”. Han de haber hecho la rabieta de su vida; pero así es esto de la idolatría a todo lo que viene de fuera, aunque los que vienen no valgan un duro; pero que eso si, cobran como si llenaran la Monumental.

Sigue sin aparecer el toro bravo, siguen sin llenar La México los figurines españoles, y se siguen preguntado la fórmula para que la fiesta brava resurja. ¿Será tan complicado? Carajo, solo vuelvan a los orígenes; el mismo nombre de la propia fiesta les está dando la respuesta ¡FIESTA BRAVA SEÑORES!

Para el siguiente festejo se anuncia a un cartel que sacará chispas, y no me refiero a lo bueno sino a lo corriente del mismo; repite “El Fandi”, torea “El Zapata” y completa el cartel ese torero fino de Aguascalientes Mario Aguilar. De nuevo como el cartel de hoy, ese aire “renovador” que nos ofrece la empresa del coso mexicano parece que más que acercar gente a la plaza lo que pretenden es echarla de la misma.

Un abrazo y suerte para todos…

Porra México A.C.
Eduardo Rodríguez Diez
Presidente
“El toreo es el único arte fugaz que impacta de un solo golpe todos tus sentidos y el único capaz también de llegarte con una sola imagen a lo más profundo de tu corazón”

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