lunes, 10 de noviembre de 2014

Hastío, mansedumbre y befa… Por Eduardo Rodríguez Diez.


Hastío y mansedumbre fueron las características principales que se vivieron el día de hoy en la Monumental Plaza de Toros México; y es que fue una auténtica bueyada la que mandó el señor ganadero Don José Marrón al gran coso de Insurgentes, un ganadero que tendría que cuestionarse seriamente su futuro, ya que si se dice que un ganadero manda lo mejor que tiene pastando en sus campos; y esto es lo mejor que tiene en su ganadería, vaya que el Sr. Marrón tiene un severo problema y tendría que mandar al rastro varias camadas, porque una golondrina no hace verano.

¿Y la befa?  Es la que profirió a la gran plaza ese juez sin criterio y sin cojones un tal –hay que quitarle el Don- Gilberto Ruiz al reseñar el impresentable encierro de Marrón del cual el cuarto toro fue fuertemente pitado por el escaso trapío que éste tenía; también por el escaso público asistente; “toro” que le correspondió a Macías con el que el público estuvo de uñas, por considerarlo no apto para lidiarse en un escenario como La México y por lo cual el monstruo de mil cabezas no agradeció absolutamente nada al diestro hidrocálido los intentos de faena; pero si con esto insultó la historia de la gran plaza, la convirtió en una plaza de trancas y le escupió en la cara y a la historia de la casi septuagenaria, cuando le otorgó sin merecimiento y por un espadazo defectuoso y trasero esa segunda oreja a Arturo Saldivar y la dos orejas a Talavante en el toro de regalo.

Saldivar estuvo en torero, con un toro que tenía calidad en su embestida y transmisión, un toro más noble que una lechuga recién cosechada, Arturo con temple y arte con la derecha dio estupendos muletazos llevando al toro cosido al engaño, lento, lento, lento, embestía el de Marrón y lento lo toreo Saldivar dando muestra de lo que tiene y que es capaz de dar. Un toreo con temple, con arte, con clase, con un empaque de torero caro, dosantinas, cambios de mano, remates exquisitos y pases de pecho largos y sentidos. Un torero que no había tenido suerte en su campaña del otro lado del charco y que no necesita de suplicarle a nadie que le regale absolutamente nada como lo hizo con el blandengue juez en turno. Sabía Saldivar que tenía el triunfo en la mano, y sabía también que la espada fue defectuosa y que no merecía ese segundo trofeo que a la postre fue protestado por el respetable.

Estimado Arturo, matador así no se cortan las orejas, usted tiene mucha honestidad, hombría y verdad como para convertirse en un pordiosero, un mendigo que suplique por lo que sabe perfectamente bien no merece. No nos quite la ilusión de irle a ver, no se convierta en uno más…

Y si lo de Saldivar fue una auténtica vergüenza el que sucedan estas cosas en la que se supone la plaza de toros más importante de México, lo que sucedió con Talavante en el toro de regalo no tiene nombre. Otro petardo del juez que tarde a tarde sigue sin defender los intereses del público y cometiendo estupidez tras estupidez y que  inexplicablemente sigue siendo programado por la EXCELSA OMISION TAURINA DEL DF que no sirve para nada.

Alejandro estuvo en Talavante, en el torero artista que es. En su primero, un toro que prometía, su cuadrilla fue a estrellarlo al burladero, del porrazo, que se dio el morito en el burladero, daba la impresión que se había fracturado el cráneo ya que no coordinaba los cuartos traseros y cambió de lidia embistiendo muy descompuesto; el gozo al pozo y el de Badajoz entre el cabreo y mentando madres por todos lados, poco pudo lucir con su toreo de pinceladas. En su segundo un buey de Marrón al que poco pudo hacerle y en el de regalo, un toro con movilidad, transmisión y bravura de Campo Real -gracias a Dios que no era de la ganadería titular- pudo ejecutar una faena llena de torerismo, de detalles y de arte, una faena con estructura que malogró con el acero al pinchar; pero no había problema porque en el biombo hay un pobre diablo que no tiene un ápice de criterio ni de taurinismo y le regaló las dos orejas; faltaba más…


Macías estuvo en Macías, no tuvo suerte en el sorteo y para colmo le tocó el negrito en el arroz al saltar su segundo “toro” a la arena y ser protestado por la falta de presencia.

¿Y después de lo que pudimos vivir hoy, nos seguimos preguntando porque no vendrá la gente a la plaza?

La respuesta es muy simple señores y no lo contesta un servidor, les doy la respuesta de mi compañero de tendido quien tiene derechos de apartado desde que se inauguró la plaza y el que abandonó el coso después de que saltó a la arena ese cuarto “toro”:

-Nos vamos… ¡Estamos hasta la madre, de que no sigan queriendo ver la cara de pendejos!
-¡A lo mejor la tenemos, por seguir viniendo, pero no nos gusta que nos la quieran ver!

Amen…

No quisiera estar en los zapatos de la empresa, que tiene un verdadero dilema con tres tardes y tres entradas para ponerse a llorar; y lo que viene con los carteles de fin de año…  


Un abrazo y suerte para todos…


Porra México A.C.
Eduardo Rodríguez Diez
Presidente
“El toreo es el único arte fugaz que impacta de un solo golpe todos tus sentidos y el único capaz también de llegarte con una sola imagen a lo más profundo de tu corazón”


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