domingo, 7 de enero de 2018

LA EMOCION QUE SOLO PUEDE DAR EL TORO... Apunte de la 8a. de la Temporada en la Plaza México.



SERIEDAD EN LAS CARAS Y EN LA 
ACTITUD DE LOS DE CAPARICA.
JERÓNIMO, POR MOMENTOS , CIMBRÓ
LA MONUMENTAL.
TARDE DE SEÑOR DE LLAGUNO.
LOMELIN, DE PUNTITAS EN SU
CONFIRMACIÓN.

Siempre lo he dicho y lo seguiré diciendo...
La emoción que provoca el TORO-TORO, es lo único que puede hacer que la gente regrese a las plazas...
Ese astado con edad, que bueno o malo, no regala nada, que vende cara la muerte y que no perdona el más mínimo error a los que están delante...
Ese de negro que transmite miedo al tendido y que hace que suden las manos...
Esa bestia que pone a prueba a los de luces, que quita a los que no pueden, pero encumbra a los privilegiados...
Porque no es lo mismo ser torero con el cinqueño complicado que no regala nada, que jugar al toro, con el bobo nene obeso, que embiste con más ternura que una nana con bebé...
No es lo mismo pelear con alguien de tu edad, que quitarle un dulce a un niño...
Los "toreristas" y enamorados de las criaturas que matan las figuras, hoy dirán que lo de Caparica no sirvió...
Ya los estoy escuchando...
-"Ya ven, para eso quieren el toro?"
-"La gente lo que quiere es ver torear bonito"
-"Por eso las figuras escogen los itos"

Y bueno, como viven en su fiesta rosa y de mentiras, se les entiende...

Y como no pueden ver más allá, pues tampoco se habrán dado cuenta del juego tan interesante del hato de Caparica...

La actitud de los seis que brincaron al ruedo monumental, fue de señor...

Con complicaciones?

Obvio que sí....

El TORO, presenta complicaciones y no trae regalos de año nuevo en los pitones...

Pero eso es la fiesta...

Eso es lo que emociona...

Tanto así, que sin ser la tarde más templada de Jerónimo, por momentos la plaza crujió en lo más profundo de sus cimientos...

Porque cuándo se fundieron el buen toro de Caparica y la muleta y el sentimiento del torero capitalino, surgieron esos olés largos, que salen del alma y que cimbran el embudo de Insurgentes...

Pero en momentos, el pupilo de Roberto Viezcas pudo más y Jerónimo se destempló, perdió la distancia y como que se le hizo bolas el engrudo...

No digo que estuvo mal y entiendo que para el rodaje que tiene, el esfuerzo ha sido superior, pero en mi opinión, por las lagunas que hubo en el trasteo, no lo acabó de cuajar...

Y claro que soy un convencido que Jerónimo es un torero muy rescatable dentro de la baraja taurina mexicana y que cabe perfectamente en cualquier cartel e incluso le veo con mucho gusto, porque la tauromaquia necesita toreros diferentes...

Por cierto, con el capote, bordó a los dos de su lote...

El que me sorprendió gratamente, ha sido Juan Pablo Llaguno...

Serio, sin aspavientos, sin arrebatos, sin cuentos...

Tuvo un lote para toreros cuajados y resolvió la papeleta con mucha, pero mucha dignidad...

Sus dos astados no regalaban nada, pero la firmeza del queretano le permitió, por momentos, expresar sus formas de profundidad torera...

En su primero, un descuido suyo, casi acaba en tragedia...

Pero ni se miró la ropa el niño...

Y al quinto de la función, le robó pases, cuándo todo apuntaba a la enfermería...

Bien Juan Pablo...

Muy de verdad, muy en torero...

Lomelín pasó de puntillas por el gran ruedo...

Ni estuvo bien, pero tampoco mal...

Técnicamente mucho que trabajar...

El de la confirmación acabó desbordándolo y en el sexto dejó ver ciertos detalles...

Al final, festejo muy interesante...

El TORO en el ruedo y esa emoción que sólo el REY de negro puede dar...

Fernando Lahoz







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