Estimados
amigos, se dio la novena corrida de la temporada grande en la gran cazuela de
los Insurgentes y si es muy difícil ser torero y además contar con un apellido
de esos que le llaman de dinastía, creo yo y siempre lo he dicho que ser
ganadero lo es aún más, y si además de todo adquieres una ganadería con la
historia de La Punta, entonces estas en un serio problema.
“Cuando somos
jóvenes no nos miramos en los espejos. Lo hacemos cuando somos viejos y nos
preocupa nuestro nombre, nuestra leyenda, lo que nuestras vidas significarán en
el futuro” y hoy más que nunca, mejor aplicada esta
frase del novelista canadiense Michael Ondaatje; y es que los hermanos Vaca y
demás socios de la actual ganadería de La Punta, no sabían seguramente en la
que se metieron cuando adquirieron ese hierro legendario de la cabaña
verdaderamente brava mexicana; lo que salió ayer por la puerta de toriles no es
ni el remedo de esos toros de bandera, bravos y nobles que los señores Madrazo
tenían pastando en la dehesa allá por el hermoso estado de Jalisco; ayer los
escasos asistentes al coso de la colonia Noche Buena fuimos testigos de cómo se
le puede dar en la madre –así literalmente- al prestigio y leyenda de una
ganadería; sabemos perfectamente que lo que tienen hoy en día estos señores no
es lo que los Madrazo criaban, pero tampoco están viendo su futuro como lo dice
el novelista arriba citado, y lo que es peor, si su futuro es lo de ayer,
entonces lo que deberían de hacer es cambiarle el nombre a su ganadería,
cambiar el hierro y la divisa, no es su firma, no les pertenece y por ende no
tienen el derecho de arrastrar por los suelos y llenar de mierda y podredumbre ese
ilustre nombre de La Punta.
Toros salvo dos honrosas excepciones mal presentados, mansos,
descastados y sosos, una tristeza que la ANCTL cuando se dan las opciones de
compra venta para los hierros de bravo, no exija que éstas, se concreten
tratando de preservar lo que los anteriores propietarios daban con todo su
esmero, toros bravos; prefiero y creo que miles de aficionados también que una
legendaria ganadería como La Punta no exista más a andar arrastrando su nombre
sin ningún tipo de vergüenza.
Ayer vimos a dos toreros mexicanos que no han sido lo
suficientemente valorados ya no por esta empresa, sino por las empresas de toda
la República Mexicana; dos toreros que tiene las armas y las ganas de figurar
en esto y que pueden ser base y complementos de carteles importantes alternando
con los jóvenes que vienen empujando fuerte. Alfredo Gutiérrez y Fabián Barba
merecen otro tipo de oportunidades.
Los
dos hicieron lo más torero de la tarde, Alfredo con muletazos de calidad, largos
y templados en su segundo; naturales que calaron fuerte en el tendido, ¡Vaya
que traía esquina Alfredo! ya que el Coloso de Tula, Jorge Gutiérrez estaba
detrás del burladero de apoderados, dando consejo al sobrino quien con
ajustadas Manoletinas y espadazo algo defectuoso tendido y trasero cerraba una
faena con estructura, con cabeza y torería que merecía por lo menos dar la
vuelta al ruedo, costumbre que para variar se está perdiendo a menos que los
ineptos del biombo te regalen una oreja y entonces si puedas dar la vuelta al albero aunque no lo merezcas.
Fabián
se topó con un sexto que tuvo un poco más de transmisión, clase y movilidad que
sus hermanos, bien picado el cierra plaza y bien toreado también por Barba
quien con escalofriante y ceñido quite por Gaoneras presagiaba lo que vendría.
Con la muleta, fijo como un poste –este si no como el “Zapateado” del Domingo
pasado- inició con un cambiado por la espalda, pase de pecho y de nuevo
pasándose al toro por la espalda sin mover un centímetro los pies. Bien
estructurada la faena con muletazos que calaron fuerte en el frio tendido de
cemento, muletazos con la diestra llevando con temple y largueza al punteño,
Tres cuartos de estoque y entera para ser despedido con aplausos, cuando este
también merecía la vuelta al ruedo, pero en fin.
¿Y
el tercer espada? Bueno pues partió plaza un tal Leandro que más bien tiene
nombre y corre con la misma velocidad que un futbolista, nada que pudiéramos
destacar de este importado español que con buena suerte o providencia en el
sorteo, sacó los dos astados más cómodos se dice hoy en día –o chicos que para
el caso es lo mismo- el que no dijo nada con su toreo, con cinco o seis tardes
en España este si vino a robarle un puesto a un torero mexicano, el que fuera
tiene mayores merecimientos que este. Y si además la empresa se dejó exigir por
un torero que nadie lo conoce, están verdaderamente jodidos. En fin vino un
torero más del montón para exigir una reciprocidad que allende los mares se la
pasan por el forro con nuestros toreros.
Y
señores ganaderos, lo que tiene hoy La Punta es de dar pena ajena, ese
“refresco” de sangre que tuvieron a bien –o a mal- elegir le está dando al
traste y arrastrando por los albañales el buen nombre y el prestigio de una
casa ganadera de prosapia que si algo tenía era la verdadera crianza el toro
bravo, por favor si es su plan seguir con esa premisa, cámbienle el nombre,
cambien el hierro, busquen el cartel por sus propios méritos pero dejen de jugar
con la tradición y la leyenda de la otrora famosa y añorada ganadería de La
Punta.. Dejen de destruir esta leyenda…
Felices
fiestas, que Dios los bendiga y que nos siga dando fuerza para tratar de seguir
defendiendo a nuestra querida fiesta brava.
¡Feliz
Navidad y un Año Nuevo lleno de salud, éxito y bendiciones!
Un
abrazo y suerte para todos…
Porra México A.C.
Eduardo Rodríguez Diez
Presidente
“El toreo es el único arte fugaz que
impacta de un solo golpe todos tus sentidos y el único capaz también de
llegarte con una sola imagen a lo más profundo de tu corazón”