lunes, 27 de octubre de 2014

“El embrujo, embrujado de Morante…” Por: Eduardo Rodríguez Diez.



Estimados amigos, aquí estamos de nuevo, para tratar de llevarles nuestras impresiones sobre la más bella de todas las fiestas, arrancó por fin el día de ayer la temporada grande 2014-2015 en la Monumental Plaza de Toros México, con un cartel que era previsible no logró colgar el letrero de “NO hay billetes” en las puertas de la casi septuagenaria, logrando apenitas los tres cuartos de entrada, y eso que se trataba de inauguración en donde los villamelones y los “niños bien” hacen su única aparición en toda la temporada; que si no, no se llega ni a media plaza.

Pero si alguien estaba esperando algo diferente, es sinceramente o porque es muy inocente o porque es… más fuerte como dicen por Alvarado, Veracruz…

El cartel no daba para más, después del fiasco de Morante el pasado año y de la desangelada actuación de Diego, el tercero en discordia, Octavio García “El Payo” tenía todo para írseles por delante a sus alternantes y ratificar con esto, la excelente temporada que ha venido teniendo en el interior de la República y así fue, Octavio no defraudó al ser el rotundo triunfador cortando tres orejas en esta tarde inaugural que lo ponen de un porrazo y en una sola tarde en los cuernos de la luna.  

Ayer “El Payo” en sus dos toros, dio una verdadera muestra de lo que es querer y poder…

Con un toreo aseado, con pausa,  con temple, con largueza, dándole su tiempo a los astados a los que entendió a la perfección para eslabonar dos faenas de distinto corte, dadas las condiciones de cada uno de sus astados.

En su primero con un toro que punteaba y se quedaba corto, terminando con la carita arriba, Octavio hizo una faena breve pero substanciosa; tapándole bien la cara y llevándolo bien toreado siempre, el toro no permitía otra cosa, tandas cortas pero llenas de torería y de buen gusto; “El Payo” con decisión y precisión se tiró a matar dejando un estoconazo que hizo que el toro rodara sin puntilla, la sola ejecución de la suerte suprema valía la merecida oreja que le otorgó el público y la cual Octavio paseó con alegría al dar la vuelta al albero.

Pero lo grande vendría con su segundo, un colorado de bonita lámina al que “El Payo” le vio facultades desde el capote, lo consintió y a base de aguante y un extraordinario toreo, extrajo tandas que hicieron retumbar el embudo de la colonia Nochebuena; Octavio realizó una faena con empaque, con clase, con torería; vaya tandas de derechazos que le endilgó al de Barralva su paisano, con sobriedad, caminando y reponiendo lo justo, dejando la muleta en la cara al morito, embarcándolo y llevándolo embebido a milímetros del engaño con un temple y una torería de ensueño, Octavio conoce a la perfección este encaste ya que prácticamente se ha hecho en esta casa ganadera sin embargo el mérito es todo del chaval quien con cabeza estructuró su faena y el toro terminó por entregarse a la poderosa muleta del rubio torero queretano. Estocada que para los puristas fue un poco baja efecto que causó derrame algo que no gusta al público, pero no es el resultado sino la forma, la ejecución y la entrega de “El Payo” en la suerte de matar lo que se aplaude, ya que se tiró con la toledana para reventar a su enemigo y con esto obtener dos orejas más para dar la vuelta con clamorosas ovaciones.

Nos da gusto que este torero joven mexicano este triunfando en todas las plazas del interior y que ahora sea el primer triunfador de la temporada grande, es tiempo de consolidarse y empezar a tomar a Octavio ya no solo como un complemento de cartel sino base de los mismos.

Y se preguntarán si “El Payo” fue el triunfador del festejo, porque titular el escrito como “El embrujo de Morante”, y es que aunque ustedes no lo crean, también partió plaza el torero sevillano de la Puebla del Rio, Morante de la Puebla; quien para variar estuvo simple y sencillamente en Morante es decir, sin hacer ni decir absolutamente nada con su toreo. Por más que se empeñen sus compinches y los morantistas “disculpando” a su torero de arte, ni con el Morantour este torero levanta en México y debe definitivamente de agradecerle a Dios que la gente en este país es de dulce y que lo espera más que a las vacaciones de semana santa y es que en verdad es desesperante que un torero con la calidad y el arte que atesora, que además tiene siempre a la gente en un puño, tenga esa abulia que para mi gusto es en donde radica el principal problema; nunca se le ve con gusto en la plaza, siempre con gestos, con caras, con ademanes, vaya como si lo hubiesen vestido de torero a fuerza o como decimos aquí en México a guevo…

Lo más grave es que radicando en el mismo esa falta de ganas, esa falta de deseo, pueden pasar cien años; a ver si la gente lo sigue esperando…

Y bueno porque entonces titulé así este artículo de opinión, pues porque medio mucha guasa que un niño de unos diez o doce años, que estaba sentado en el tendido junto a un servidor, cuando su papa le dijo que ahora si se agarrara por que iban a disfrutar el embrujo de Morante; éste después de tener que soplarse tres toros de este torero le respingó a su papa contestándole:
-¿“Embrujo” o “embrujado” papá?

- A este panzón me has traído a verlo como cuatro veces y nunca hace nada, para mí que en vez de embrujo esta embrujado…

¿Será que La México tiene “embrujao” a Morante? No lo sé, pero lo que sí sé, es que por enésima vez, el tan esperado mesías del toreo con arte, Don José Antonio Camacho  Morante de la Puebla pegó de nuevo otro petardo más en la plaza de toros más grande del mundo.

 Diego Silveti quien completaba la tercia, toreando muy a la española, series cortas, con buenos muletazos, con temple y hondura pero frio, sin conectar con la gente, si bien es cierto, los toros que lidió no tuvieron transmisión y poco recorrido, algo le faltó a Diego esta tarde. En el sexto una lidia infame de los subalternos y falta de orden y de imposición del torero para lograr banderillear a su enemigo.

De los toros, unos pintos y otros moros como se decía antaño, muy justitos los de Morante el que se dice –no me consta- manda avanzada muy temprano el día de corrida para emparejar los lotes, mismos que casualmente los más “cómodos” como si una mano santa guiara a su apoderado le “tocan” en el “sorteo”. En general los de Barralva se dejaron, destacando el quinto que “El Payo” lo hizo ver mejor de lo que en realidad era el toro.

Un entradón en el callejón en donde se llevaron un susto al brincar el sobrero que hizo séptimo de regalo, un llamado a tiempo a las autoridades de la delegación, no es que seamos aves de mal agüero pero ahí en ese lugar no cualquiera puede y sabe estar ya se llevaron un susto esperemos que no tomen medidas cuando pase algo verdaderamente grave.

Así las cosas en la inauguración de la temporada en la Plaza de Toros México, esperemos que los toreros jóvenes mexicanos sigan en ese tenor y logren como lo hicieron el año pasado imponerse a las figuras que vienen del otro lado del charco.


Un abrazo y suerte para todos. 
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