martes, 23 de diciembre de 2014

Destruyendo una leyenda… Por: Eduardo Rodríguez Diez.



Estimados amigos, se dio la novena corrida de la temporada grande en la gran cazuela de los Insurgentes y si es muy difícil ser torero y además contar con un apellido de esos que le llaman de dinastía, creo yo y siempre lo he dicho que ser ganadero lo es aún más, y si además de todo adquieres una ganadería con la historia de La Punta, entonces estas en un serio problema.

“Cuando somos jóvenes no nos miramos en los espejos. Lo hacemos cuando somos viejos y nos preocupa nuestro nombre, nuestra leyenda, lo que nuestras vidas significarán en el futuro” y hoy más que nunca, mejor aplicada esta frase del novelista canadiense Michael Ondaatje; y es que los hermanos Vaca y demás socios de la actual ganadería de La Punta, no sabían seguramente en la que se metieron cuando adquirieron ese hierro legendario de la cabaña verdaderamente brava mexicana; lo que salió ayer por la puerta de toriles no es ni el remedo de esos toros de bandera, bravos y nobles que los señores Madrazo tenían pastando en la dehesa allá por el hermoso estado de Jalisco; ayer los escasos asistentes al coso de la colonia Noche Buena fuimos testigos de cómo se le puede dar en la madre –así literalmente- al prestigio y leyenda de una ganadería; sabemos perfectamente que lo que tienen hoy en día estos señores no es lo que los Madrazo criaban, pero tampoco están viendo su futuro como lo dice el novelista arriba citado, y lo que es peor, si su futuro es lo de ayer, entonces lo que deberían de hacer es cambiarle el nombre a su ganadería, cambiar el hierro y la divisa, no es su firma, no les pertenece y por ende no tienen el derecho de arrastrar por los suelos y llenar de mierda y podredumbre ese ilustre nombre de La Punta.

Toros salvo dos honrosas excepciones mal presentados, mansos, descastados y sosos, una tristeza que la ANCTL cuando se dan las opciones de compra venta para los hierros de bravo, no exija que éstas, se concreten tratando de preservar lo que los anteriores propietarios daban con todo su esmero, toros bravos; prefiero y creo que miles de aficionados también que una legendaria ganadería como La Punta no exista más a andar arrastrando su nombre sin ningún tipo de vergüenza.

Ayer vimos a dos toreros mexicanos que no han sido lo suficientemente valorados ya no por esta empresa, sino por las empresas de toda la República Mexicana; dos toreros que tiene las armas y las ganas de figurar en esto y que pueden ser base y complementos de carteles importantes alternando con los jóvenes que vienen empujando fuerte. Alfredo Gutiérrez y Fabián Barba merecen otro tipo de oportunidades.

Los dos hicieron lo más torero de la tarde, Alfredo con muletazos de calidad, largos y templados en su segundo; naturales que calaron fuerte en el tendido, ¡Vaya que traía esquina Alfredo! ya que el Coloso de Tula, Jorge Gutiérrez estaba detrás del burladero de apoderados, dando consejo al sobrino quien con ajustadas Manoletinas y espadazo algo defectuoso tendido y trasero cerraba una faena con estructura, con cabeza y torería que merecía por lo menos dar la vuelta al ruedo, costumbre que para variar se está perdiendo a menos que los ineptos del biombo te regalen una oreja y entonces si puedas dar la vuelta al  albero aunque no lo merezcas.

Fabián se topó con un sexto que tuvo un poco más de transmisión, clase y movilidad que sus hermanos, bien picado el cierra plaza y bien toreado también por Barba quien con escalofriante y ceñido quite por Gaoneras presagiaba lo que vendría. Con la muleta, fijo como un poste –este si no como el “Zapateado” del Domingo pasado- inició con un cambiado por la espalda, pase de pecho y de nuevo pasándose al toro por la espalda sin mover un centímetro los pies. Bien estructurada la faena con muletazos que calaron fuerte en el frio tendido de cemento, muletazos con la diestra llevando con temple y largueza al punteño, Tres cuartos de estoque y entera para ser despedido con aplausos, cuando este también merecía la vuelta al ruedo, pero en fin.

¿Y el tercer espada? Bueno pues partió plaza un tal Leandro que más bien tiene nombre y corre con la misma velocidad que un futbolista, nada que pudiéramos destacar de este importado español que con buena suerte o providencia en el sorteo, sacó los dos astados más cómodos se dice hoy en día –o chicos que para el caso es lo mismo- el que no dijo nada con su toreo, con cinco o seis tardes en España este si vino a robarle un puesto a un torero mexicano, el que fuera tiene mayores merecimientos que este. Y si además la empresa se dejó exigir por un torero que nadie lo conoce, están verdaderamente jodidos. En fin vino un torero más del montón para exigir una reciprocidad que allende los mares se la pasan por el forro con nuestros toreros.

Y señores ganaderos, lo que tiene hoy La Punta es de dar pena ajena, ese “refresco” de sangre que tuvieron a bien –o a mal- elegir le está dando al traste y arrastrando por los albañales el buen nombre y el prestigio de una casa ganadera de prosapia que si algo tenía era la verdadera crianza el toro bravo, por favor si es su plan seguir con esa premisa, cámbienle el nombre, cambien el hierro, busquen el cartel por sus propios méritos pero dejen de jugar con la tradición y la leyenda de la otrora famosa y añorada ganadería de La Punta.. Dejen de destruir esta leyenda…

Felices fiestas, que Dios los bendiga y que nos siga dando fuerza para tratar de seguir defendiendo a nuestra querida fiesta brava.

¡Feliz Navidad y un Año Nuevo lleno de salud, éxito y bendiciones!



Un abrazo y suerte para todos…
Porra México A.C.
Eduardo Rodríguez Diez
Presidente
“El toreo es el único arte fugaz que impacta de un solo golpe todos tus sentidos y el único capaz también de llegarte con una sola imagen a lo más profundo de tu corazón”