Siempre es un placer regresar a la centenaria san marqueña año con año...
Lo que se siente en ese coso, es difícil de explicar...
Paredes, gradas, pasillos...
Toda una historia taurina...
Y mucho de mi vida en complicidad con la abuela de la calle J Corréa...
Yo creo que esa plaza tiene tanta magia, que los aficionados viejos vamos si o si, pero lo nóveles, los que apenas hacen sus pininos, en el mundo del toro, una vez que van, no quieren salir, de sus tendidos...
Y es que entre tantas plazas que existen en el mundo, nuestra San Marcos es especial...
Cómo especial ha sido la actuación de Arturo Soto, ayer...
Resuelto, entregado, firmeza y sobre todo cabeza...
Ayer le ví, mucho más maduro, mucho más evolucionado y lo más importante, mucho menos revolucionado...
Tiene virtudes, sin duda...
Engancha y templa...
Pero no engancha a los novillos porque así se lo enseñaron en la escuela..
NO..
Engancha con los vuelos y eso es de toreros buenos...
Tiene valor, cuando se relaja torea profundo y por lo menos ayer, me enseñó que tiene ritmo...
Hay que verlo otra vez, porque, por lo menos a mí, me dejó muy buenas sensaciones...
Eso fue lo mejor visto ayer, porque lo demás, es para el olvido..
Rafael Reynoso, hundido en sus miedos y desconfianza...
Petardo con un buen novillo..
Nunca se cruzó y nunca se quedó quieto...
Al final, uno menos en la historia..
El tlaxcalteca, Ulises Sánchez, jacarandoso con el capote, pirotécnico con las banderillas y con la muleta un petardo...
Yo no se en que plaza pensó que estaba...
Al ecuatoriano Javier Segovia, es imposible juzgarlo...
Una mesa delante, que no dió un paso...
Pero también hay que decir que al eral le dieron cinco puyazos en uno...
Para ser claro, lo mataron en el caballo...
Me habían platicado maravillas de Rafael Díaz...
De lo más avanzado de la academia taurina, decían...
Pues otro petardo...
Gran novillo de Manolo Espinosa y el chaval, ni quiso ni pudo..
A éste paso las preparatorias no tendrán espacio...
Y de Antonio Sagoya, poco que decir..
Le toca el más grande, le da una monda con el capote, algo pasa que después de picado el novillo se muere y tiene que ser apuntillado en el ruedo..
Lo que si tengo que decirle al niño, es que en ésta vida, hay algo que se llama oficio...
Se la pasó platicando en el callejón, cómo buen junior y nunca se preocupó, de lo que pasaba con sus compañeros...
No le ví con la muleta, pero con sus actitudes, desde ahorita le digo, que saque ficha en la uni..
Queremos toreros, no aficionados prácticos vestidos de luces..
Y me quedo tranquilo, por recordar varios naturales de Soto el día de hoy..
De los otros cinco, ojalá que lo hagan muy bien en la escuela...
Fernando Lahoz
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