lunes, 10 de octubre de 2016

RECORDAR ES VIVIR, LLORAR Y GOZAR.. Apunte de la 1a. con picadores en la México..



"Y el abuelo entonces, cuándo yo era niño, me hablaba de España...."

A Dn. Celestino Lahoz Ferrer y a Dn. Javier Amezcua Mardueño.
Adorados y taurinos abuelos, todavía presentes...

Va por ustedes...

Después de su partida, mis amados titos, me senté, infinidad de veces en el tendido de la Monumental...

Festejos iban y festejos venían..

Triunfos, fracasos, cornadas..

Risas, llanto, enojo, amor, decepción, libertad...

Pero siempre, siempre, en cada festejo, recordaba su sapiencia, evocaba sus consejos y cuándo no tenía respuestas, invocaba un susurro que me dijera, "ésto es así"..

Porque cada uno de ustedes, hermosos "tatas", en su concepto, me inyectó y me envenenó de ésta fiesta maravillosa...

Pero creo, que se les pasó la dósis...

Y no es queja, es agradecimiento...

Pues bueno, para no hacerles más largo el rollo, porque seguramente mis "titas", ya están con aquella cara de, "otra vez toros", les cuento lo que me ha pasado éste fin de semana...

A mi edad, ayer, crucé esa puerta de la calle Irrigación 38 y me transformé en aquel mocoso de diez años, que domingo a domingo, despertaba a mi papá a las 8 am, porque teníamos que estar listos para ir al sortéo y era un pecado capital no llegar...

Y eso me lo enseñaron ustedes queridos viejos...
Si algo tiene el buen taurino, es la puntualidad....

Pues ayer durmiendo en casa de mis abuelos maternos, mi reloj taurino, dijo, flaco, es hora...

Y eran 9:30 de la mañana y ya quería yo estar en esa plaza, en la plaza que me enseñó todo...

Desgraciadamente, al ver el cielo, todo lo vi gris y con tintes de suspensión...

Pero lo que son ustedes que están allá arriba... Primero me asustaron y luego limpiaron el cielo...

Igual que lo hacían cuando no cumplía con los deberes... "Domingo de toros a cambio de calificaciones y tareas"..

Condenadotes me la volvieron a aplicar...

Seis años tenía de no volver a la Monumental...

Y ayer, frente a la gran puerta y al encierro, me acordé más que nunca de ustedes...

Recordé, lloré, pero volví a vivir..

Y lloré porque no estaban ahí, fisicamente, pero también llore de emoción, de saber, que sin ustedes, jamás hubiera conocido, éste mundo maravilloso..

Ayer estuvieron cómo nunca y cómo siempre...

Ayer me sentí mas taurino que nunca..

Porque regresé a mis principios, pero ilusionado...

Y ninguno de los dos se equivocaban cuándo me decían que no sólo hay que parecerlo, también hay que tener "cosita"...

Esa que te llega al alma, que te enchina la piel..

Pues ayer, amados abuelos, así estuvo un chaval, llamado José María Pastor..

Serio, arrebatado, con valor, pero sin locuras...
Presencia y temple..

Defectos, varios, pero normales..

Mi abu Celestino, siempre me dijo, no veas muleta, ni embestidas, ve zapatillas, el que torea de puntillas no sirve..

Y la firmeza de Chema ayer me gustó..
Diferencia de sus compañeros de cartel que pasaron, así, de puntitas por el gran ruedo...

Pastor tiene cualidades y muchas...

En el está, hasta dónde quiera llegar...

Y mi tito Javier, que, era más de arrebato, más de sentimiento, siempre me dijo, si te enchina la piel, ese sirve...

Pues el de Aguascalientes, le enchinó la piel a más de uno...

Lloré de felicidad, lloré de nostalgia, pero gocé cómo nieto de ustedes maravillosos viejos...

Gracias por enseñarme ésto, gracias por hacerme un hombre de bien..

Porque yo lo viví, LOS TAURINOS SOMOS GENTES DE BIEN!

Y recordé, y volví a vivir y disfruté...
Gracias abuelos!
Gracias por hacerme taurino..

El mejor legado que pude recibir..



Fernando Lahoz


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