Con
esta frase de Sir. Charles Dickens he decidido comenzar la crónica de la última
corrida de esta triste y nada exitosa temporada grande 2014-2015 en la Monumental
Plaza de Toros México.
Y
es que verdaderamente esta temporada, fue un fracaso rotundo. Desde el anuncio
de la primer corrida y los carteles que conformaron el derecho de apartado; hasta
el cartel que dio cierre ayer a la temporada, ha sido un suplicio para los
aficionados a este bello arte, con corridas largas, tediosas, con regalos
inexplicables, pero sobre todo con la falta del elemento principal de la
fiesta, el TORO Y LA BRAVURA.
Aquí
lo grave del asunto, es que el empresario, jamás aplicará esta máxima del gran
escritor británico; la soberbia, la prepotencia y la falta de humildad que
posee, es de tal magnitud, que seguramente para él, sus voceros oficiales y sus
siempre amigos y coberos periodistas, esta temporada ha sido triunfal. Así lo
demuestran la cantidad de orejas otorgadas; las gloriosas salidas a hombros de
sus toreros consentidos y los indultos en grandes tardes; aunque la casi septuagenaria
plaza, tarde con tarde haya lucido llena; pero de cemento; los jueces hayan
sido una penosa imitación de autoridad y los toreros, sobre todo los españoles
que vienen a salvar la fiesta mexicana no hayan conseguido congregar ni media
plaza en todas las tardes en las que se presentaron. No se bajo que obscuras
intenciones, siga llevando las riendas de la plaza el Dr. Rafael Herrerías; no
entiendo cuál sea la consigna de Miguel Alemán, siendo un exitoso hombre de
negocios en México como sigue invirtiendo en una plaza que claramente no es un negocio
rentable con esas entradas; ni tampoco entendemos como los señores Cossio siguen
rentando su inmueble a una empresa que claramente le importa un comino el
legado, la tradición, la grandeza y jerarquía que alguna vez tuvo la otrora
llamad primera plaza de América. Como se dice por ahí, un caso para la araña…
Ayer
se dio uno de esos carteles de relleno, al que llamaron de triunfadores; con
tres toreros que como era de esperarse no convocaron a nadie; si acaso unas
seis mil personas; esto contando la gran porra que llevaban los señores ganaderos.
Se
lidió un encierro de Monte Caldera propiedad de los señores Gomez Valle y
Aldrete, tres bien presentados y tres justos que dieron un juego desigual, y a
los que sentimos, les pesaron los kilos que traían en el cuerpo; sobresaliendo
el cuarto, el segundo y el tercero; el primero se dejó meter mano, el quinto parecía
que rompería a bueno, y el sexto que se quedaba corto y sin clase; hubo un
séptimo cajón de obsequio, que fieles a nuestra costumbre no comentaremos, pero
que seguramente José Mauricio todavía está arrepentido de haberlo regalado.
José
Luis Angelino recibió a su primero de rodillas en los medios con varias largas,
bien con verónicas sentidas y remate pinturero para tomar las banderillas;
templado y con buen ritmo se arrancaba el de Monte Caldera en los garapullos y
bien estuvo Angelino en este tercio, siendo reconocido por el púbico. Con la
muleta, el toro tenía clase y recorrido pero se apagó pronto, le pesaron los
kilogramos, Angelino esforzado extrajo muletazos de buena factura pero sin
llegar a calar fuerte en el tendido y todo quedo en palmas para el torero de
Tlaxcala.
En
su segundo, de nuevo recibido de hinojos con largas cambiadas en los medios, y
bien a secas con el capote; invitó a banderillear a “El Chihuahua” en donde se
percibió cierta rivalidad, más parecida a un montaje escénico que una rivalidad
real, bien los dos en este tercio para salir fuertemente ovacionados; con la
muleta, el toro vino a más, Angelino lo recibió de rodillas, con una tanda de muletazos
largos, templados, vaya como metía de bien la cabeza el de Monte Caldera, al
que inexplicablemente José Luis lo dejó carca de las tablas, cuando pensamos
que lo mejor era haberlo sacado a los medios; lo cambio de tercio a tercio, lo
que para mi gusto fue un error ya que los mejores muletazos los logró Angelino
en los medios en donde peleaba mejor el toro, tomaba la muleta, planeaba hacia
el engaño y embestía con calidad y temple, pero… muletazos aislados, con temple
con calidad cuando pudo haber sido una faena de altos vuelos; prácticamente el
toro inédito con la mano izquierda, muy mal con la espada el torero para
retirarse con leves palmas y aplausos al toro en el arrastre. Para mi gusto,
José Luis dejó ir un toro de triunfo grande.
Toño
García “El Chihuahua” es toda entrega y todo voluntad; es un torero que podrá
gustar o no, pero tiene una cualidad enorme, disfruta de lo que hace en el
ruedo, goza, vive y es feliz al estar vestido de luces; su actitud alegre y
despreocupada la transmite al tendido que se le entrega y le festeja, y le
aplaude.
¡Hay!
Si Toño se tomara con un poco más de sobriedad y formalidad el toreo; es cierto
dejaría de ser “El Chihuahua” pero seguro ganaríamos un mejor torero.
Lo
demostró ayer con esas Verónicas a su primero que las podría haber firmado el
mismísimo Morante; pero ¡carajo! era “El Chihuahua” un torero p’alpueblo… y
para el populacho ahí está ese espantoso quite por Zapopinasque le fue
festejado; y un tercio de banderillas que no nos hizo extrañar a Pablo Hermoso
de Mendoza con esos giros que nos tiene tan acostumbrado a verle con sus
cabalgaduras y que ayer “El Chihuahua” ejecuto pero sin jamelgo...y eso gusta y
le aplauden y explota la plaza; tanto que le hicieron dar la vuelta al ruedo
antes de tomar la muleta. Bien metía la cabeza el astado potosino, con clase
con nobleza; y Toño empezó bien la faena, con pases sacando al toro de las
tablas a los medios, y el toro obedecía al toque, y tomaba la muleta y el toro
tenia temple y se empleaba; pero Toño necesita un toro con fuerza, con ímpetu,
para poder lucir su forma de interpretar el toreo, al toro como a sus hermanos
le pesaron los kilos y perdía las manitas, pero tenía calidad en su embestida;
mal matando para ser despedido con palmas tras haber escuchado un aviso. Con su
segundo, de nuevo bien con el capote y dando la réplica a Angelino al
corresponder a la invitación a banderillas para ser ovacionados los dos; con la
muleta poco pudo hacer y se retiró en silencio a la barrera.
José
Mauricio es un torero con clase, pero más frío que el polo norte, frío, con su
primero pudo tocar pelo, fue una faena estructurada, con el capote, Chicuelinas
y Tafalleras rapidillas que fueron aplaudidas; con la muleta bien empezó su
trasteo doblándose con el toro para lograr tandas sabrosas por el lado derecho,
bien rematadas; el toro se dejaba meter mano hasta que en una de esas tandas se
rajó, y se vino a menos. Estocada muy
baja y el gozo al pozo. Con su segundo, extraordinario en el quite por
Fregolinas y una faena de muleta sin trascendencia, se eternizó en la faena,
intentó matar al toro recibiendo cuando el mismo no tenía condición alguna para
ello, recibiendo fuerte maroma sin consecuencias que lamentar, aviso y varios
descabellos para retirarse a la barrera sin pena ni gloria.
Qué
triste ha sido esta temporada grande en la plaza de nuestros amores; el año
entrante, cumple este escenario la friolera de setenta años; esperemos que lo
tengan bien presente los que dirigen este tinglado, ni la plaza, ni los
aficionados nos merecemos la mediocre fiesta que nos han venido ofreciendo y al
Dr. Herrerías le decimos: “Un fracasado, es un hombre que ha cometido un error,
pero que no es capaz de convertirlo en experiencia”
No
sé en qué concepto se tenga usted, pero los que estuvieron ayer en la plaza,
creo que le dejaron ver muy claro en que concepto lo tienen a usted…
Un
abrazo y suerte para todos…
Porra México A.C.
Eduardo Rodríguez Diez
Presidente
“El toreo es el único arte fugaz que
impacta de un solo golpe todos tus sentidos y el único capaz también de
llegarte con una sola imagen a lo más profundo de tu corazón”
Terminó la temporada que más me ha dolido. Los protectores de animales no han podido terminar con la fiesta brava, lo esta logrando el empresario de la Plaza México. Que pena me dio oírlo en la entrevista de TV cuando le preguntan porque Pablo Hermoso no estaba en el cartel. Si así se expresa que más se puede esperar.
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