domingo, 4 de mayo de 2014

En el toro prevalece viva esa sucia engañifa del duende…Por Eduardo Rodríguez Diez.


¿Cuántas veces hemos escuchado que “X” torero no ha salido esta tarde con duende?

 

Decía el portento granadino Don Federico García Lorca: “los grandes artistas del sur de España, gitanos o flamencos, ya canten, ya bailen, ya toquen, saben que no es posible ninguna emoción sin la llegada del duende. Ellos engañan a la gente y pueden dar sensación de duende sin haberlo, como os engañan todos los días autores o pintores o modistas literarios sin duende; pero basta fijarse un poco, y no dejarse llevar por la indiferencia, para descubrir la trampa y hacerle huir con su burdo artificio”. Y aquí, además de cantantes, artistas y pintores agregaría yo a esos seres míticos llamados toreros.

 

Y en especial uno, llegado de la Puebla del Río, que ha hecho de su vida, una arte sí; pero del ardid y de la mediocridad. No cabe duda que José Antonio Morante de la Puebla, en México ha dejado huella; pero ha dejado traza, por su falta de profesionalismo, por su falta de vergüenza y por su extraordinaria facilidad de timar a un público que hasta ahora le ha esperado y la ha respetado en demasía.

 

¿Culpa del torero? Por supuesto, pero también de los que lo rodean que siguen dando coba a un hombre que juega con la ilusión y confianza del aficionado; culpa también de esos pseudo-periodistas, que enaltecen a un torero, elevándolo casi como un semi Dios del arte y disculpándole absolutamente todo con el trillado pretexto de la mala suerte o de la ausencia del duende.

 

No señores, Morante de la Puebla es un engañabobos que vestido de luces, juega con la esperanza del aficionado por verle ejecutar el toreo que es capaz de hacer, pero que en muy pocas ocasiones es incapaz de brindar. Esto no tiene nada, absolutamente nada que ver con el duende y si mas con una actitud de soberbia del que se sabe que haga lo que haga, siempre habrá alguien que justifique lo que dejo de hacer, “seguidores” embelesados o hipnotizados por un torero que solo ejecuta cuando él lo decide ese toreo que raya en el éxtasis o el paroxismo, pero que hoy tristemente solo existe en su pasado.

 

Y del pasado no se puede vivir en estos tiempos modernos, el torero no puede subsistir como sucedía antaño de una media verónica o de un trincherazo; no, hoy en día el publico exige una entrega total, una entrega sin cortapisas y en cada tarde; hoy, ya no es posible vivir del cuento como si se podía vivir antes en este extraño mundo del toro.

 

Para los que lo ponen al mismo nivel que un Curro Romero –que los hay- o un Rafael de Paula; temo decirles que Morante está muy, pero muy lejos de lograrlo. Al primero, había aficionados que le contaban hasta los pasos que daba en el paseíllo y había que ser de su cuadrilla para verle una faena completa; del segundo, hay taxistas en Sevilla que lo bajan a uno del carro si se atreve a decir que Curro es mejor torero que el Paula; a esos niveles han llegado estos dos monstruos del toreo representativo del arte, y a los que repito, Morante no les llega ni a los talones.

 

Señores periodistas, Morante es un torero que hoy, necesita reivindicarse con la afición a la que le debe lo que es; no es posible que sigan adulándolo y sobre todo queriendo tapar sus actuaciones argumentando falta de suerte o de duende. La apatía y la dejadez con la que se ha presentado en los diversos cosos mexicanos, demuestran una falta de respeto total a cualquiera que se llame aficionado a esta hermosa fiesta, sea Morantista o no.

 

Eso si verdaderamente le interesa, porque lo que se ha podido observar con su actitud, es que cualquier cosa que implique un compromiso le es completamente indiferente, quizá porque los dólares o los euros vienen íntegros con el solo hecho de partir plaza lo que convierte a este torero en un vulgar estafador.

 

Lo que es triste y cierto, es que hoy en día, en nuestra querida fiesta, sigue prevaleciendo esa sucia engañifa del “duende” que justifica a supuestos toreros y que lamentablemente nulifica a los verdaderos hombres que se juegan la vida ante las fieras acometidas de un toro bravo.

 

Dicen por ahí que “el arte es la expresión del alma que desea ser escuchada”.

 

Y nosotros, los aficionados mexicanos nos preguntamos y le preguntamos a José Antonio Morante de la Puebla, ¿Cuándo señor Morante seremos capaces de poder escuchar lo que dice su alma?

 

 

Un abrazo y suerte para todos.

 

 

Porra México A.C.

Eduardo Rodríguez Diez

Presidente

“El toreo es el único arte fugaz que impacta de un solo golpe todos tus sentidos y el único capaz también de llegarte con una sola imagen a lo más profundo de tu corazón”

 

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