martes, 13 de noviembre de 2018

VENTURA Y EL FANTASMA "AGUARON" UNA FIESTECILLA PREPARADA. Apunte de la corrida inaugural en la Plaza México

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"La Fiesta, es un conflicto entre 
la naturaleza y la voluntad humana 
en el que la muerte, siempre es vida" 
Carlos Fuentes

Todo estaba listo y preparado para un fiestón loco..

La organización del guateque duró meses y al parecer todo había quedado a pedir de boca...

Las serpentinas, los globos, los arreglos florales, los anovillados(y varios corniausentes) astados de Barralva en los corrales, inauguración de la temporada, cronistas impuestos y dispuestos a cacarear el vals que tendría que bailar el protagonista de tan maravillosa verbena, boletos regalados, prensa comprada...

Nada podía salir mal...

El escenario era ideal...

Lleno el gran salón de la colonia nochebuena y el ídolo, el non plus ultra del toreo, el quinceañero festejado, el de Chiva, Valencia, partiendo plaza, confiado, entre nubes de algodón y pisando con la seguridad, que pasadas algunas horas, saldría de su fiesta en volandas de la enloquecida multitud...

Y que pasó?

El gozo al pozo...

Las serpentinas se quedaron empaquetadas, los balones llenos de helio no volaron, las flores se marchitaron, los barralvitas no fueron más que un hato de boyancones impresentables, mansos, débiles, insufriblemente desesperantes...

En fín, un banquete en el que se presumía servirían langosta, acabó en convite de tacos de papa quemados, acompañados de los ya famosos frijoles con gorgojo...

Los que peor la pasaron fueron los invitados especiales...

A Octavio y a Luis David, nos les quedó más que tragar paquete...

Y por más que quisieron sacar a flote la reunión, se toparon con pared...

Incluso el venido de Querétaro, tuvo que pasar a la enfermería...

Pero siempre y en las peores fiestas, siempre hay alguien que pone el ambiente...

Alguien que saca la guitarra, canta, baila, declama, saca sonrisas, emociona...

Y el domingo así pasó..

Diego y el Fantasma, calladitos, con perfil bajo, como no queriendo la cosa, no sólo levantaron el tan triste e insípido festejo, si no que lograron que se encendieran las luces, que se prendieran los fuegos artificiales y que todos los invitados en el gran escenario, como un solo ente, se rindiera ante semejante espectáculo...

Un dúo maravilloso, de otro nivel, de otro planeta...

Cantaron, bailaron y recitaron poemas tan hondos y tan sentidos juntos, que arrancaron lágrimas de los asistentes...

Esas lágrimas que salen del alma, de lo más profundo del ser...

Y mientras más emoción se sentía, más se entregaban Ventura(Diego) y su gran comparsa el Fantasma...

Más se desgañitaban los invitados y más se fundían en el arte inconmensurable, dicho dueto fantástico..

El gran escenario de Insurgentes era un volcán, era pasión, era delirio...

Al extasiado público le ardían las manos de tanto aplaudir y quedaron áfonos de vitorear una obra de arte majestuosa...

Diego Ventura y Fantasma dejaron una huella imborrable en la historia del escenario monumental...

Y mientras Diego tocaba el cielo en volandas y Fantasma regresaba a su maravilloso campo michoacano, un valenciano caminaba rumiando el fracaso de su fiestecilla preparada...

Ni hablar uno nunca sabe para quien trabaja...

Fernando Lahoz